Y de nuevo nos encontramos. Y lo hacemos en compañía de otra joven poeta: Karina Macció, la rubia del zapato rojo. Las mismas preguntas que Alejo González Prandi contestó en la anterior entrega, ahora las responderá Karina. Además, cinco poemas: cinco bombones con puro corazón de cianuro.
Karina Macció es Licenciada y Profesora en Letras por la UBA. Ha publicado los libros de poemas Pupilas Estrelladas (premio Arde Filo, UBA-Siesta Editorial, 1998), Ferina (premio de la Fundación Octubre, 2000,La Bohemia Editorial, 2001), y Lestrygonia (premio De las Huellas a la Palabra, Abuelas de Plaza de Mayo, 1998-Aurelia Rivera Editorial, 2003). Muchos de sus poemas han sido difundidos a través de diversas publicaciones impresas y virtuales, argentinas y extranjeras, como Diario de poesía, Color Pastel, Verbigracia, Civiles Iletrados, Poesía Argentina, Apples & Oranges, etc. Ha colaborado con sus artículos para diversas revistas de literatura, y escribe regularmente para Plebella, poesía actual.
Desde 1999, es una de las realizadoras de Zapatos Rojos, encuentros de poesía, página web y ediciones alternativas (www.zapatosrojos.com.ar ). Durante el 2003 se desempeñó como productora artística de Cabaret Voltaire, espacio de arte y literatura. Desde el mismo año, dirige el Festival de Cine y Video de San Telmo, de cortometrajes independientes (www.fcst.com.ar ), que en 2004 ha realizado su segunda edición.
Se dedica a la docencia y a la coordinación de talleres literarios. En 2004 inició el proyecto "Siempre de viaje", taller de lectura y escritura, que se propone también como espacio de encuentro y de difusión de nuevos talentos.
Pablo Forcinito: Procurando evitar el consabido ?No sé. ¿Lo sabe alguien??, ¿podrías contestarme qué es la poesía?
Karina Macció: Para mí la poesía es más que una forma específica de escribir, es una forma de ver las cosas, una forma de percibir y transformar la realidad, una experiencia que toca lo más subjetivo y siempre mueve las bases en las que nos apoyamos. La poesía es un hecho estético refundante.
PF: ¿Qué pensás que perdería la poesía si vos dejaras de escribir?
K.M: Bueno, hay que salirse de uno mismo y transformarse en otro para contestar la pregunta. Puedo sí decir lo que yo quiero hacer con mi escritura, lo que me propongo, más allá de saber si logro o no. Y lo que busco es que las palabras dejen de ser sólo palabras, que vibren y se transformen en imágenes y en música. Quiero que vayan contra ellas mismas para que digan más de lo que dicen. Quiero que "me" digan, ser dicha, y a la vez, que ese decir le sirva de espejo al lector, que lo conmueva (en el sentido más estricto, que lo saque de lugar), que lo perturbe, que lo asombre.
P.F: La mayoría de los poetas jóvenes escriben en verso libre. ¿Podrías definir qué es el verso libre con la exactitud con que se puede definir qué es un soneto?
K.M: La pregunta lleva en sí misma una contradicción. ¿Cómo definir lo "libre" sin restringirlo, sin que deje de serlo? El verso libre es aquel que no está reglado, que no es soneto, redondilla, silva, etc. ¿Qué conserva el verso libre de las formas regladas? Es decir, ¿qué es lo que hace que una composición sea un poema en verso libre y no una simple oración cortada o mal redactada? Bueno, el ritmo y justamente, los cortes, los encabalgamientos, las repeticiones, la disposición espacial en la hoja, la tipografía. No hay una regla para trabajar estos recursos, pero sí están trabajados.
P.F: Borges decía que cuando le daban a elegir entre escribir poesía o prosa, él prefería escribir poesía porque le resultaba más fácil. ¿Es el poeta, en el fondo, una persona resignada a escribir poesía?
K.M: Creo que uno no elige a priori la forma en la que va escribir; ésta se devela
a medida que la escritura avanza y entonces se decide si trata de una prosa o un
poema.
Yo no me resigno a nada, y menos a escribir poesía. En tal caso, no sería una resignación, más bien, una necesidad. Para mí, como decía Rilke, la escritura surge de la necesidad.
P.F: ¿Sospechás que seguirás escribiendo poesía en el futuro? Contame cómo te ves de acá a diez años.
K.M: Escribo desde los cinco años, y desde muy chica solía escribir rimas pegajosas, cuentos lacrimógenos, mágicos, y románticos, novelas que nunca acabaron y que se basaban en lo que entonces "había sido" mi vida. Siempre escribí, así que no me parece posible dejar de hacerlo. Como dije antes, es algo vital para mí. Y aunque en un momento en particular no lo esté haciendo materialmente, en mi cabeza escribo, busco la palabra justa, un nombre apropiado. Hace más o menos diez años que empecé a dar a conocer lo que escribo, así que en los próximos diez años, supongo que haré lo mismo: escribir, publicar, difundir lo que hago. Básicamente, seguir buscando, probando.
La Bella Durmiente
no tan bella
no tan durmiente
pero dormida al fin sin saber
qué es dormir
o tener los ojos
vendados
a tientas
caminar o pensar
o soñar que abrís
los ojos y ves
algo
abrís los ojos
pero no despertás
del todo
el sueño y lo negro
se pegan
un camisón
negro
abrís los ojos y la luz
sola
te los hace cerrar
una venda
más
abrís
más
cerrás
o te das cuenta
de lo cerrado que estaban
antes cuando abrías
y pensabas
al fin!
ya crecí!
ya entiendo!
ya sé!
todo es
tan provisional
inesperado
ni siquiera vos
Bella
podías asegurarte
tu despertar
un beso como un rayo
un milagro
de resurrección
¿por qué cómo
podía saber él
que viva vos
estabas?
Además no entiendo
tu cuerpo
hermoso y joven
después de
100 años
no era
asqueroso?
¿Cómo él
príncipe perfecto
se enamoraría
de un cadáver
de una momia?
Hechizado él
también.
Pero ¡basta de cavilación!
Te convertís en lo que odiás
es claro que solo estás
dormida
y sola
siempre estarás
dormida y sola
solo
algún día
quizás
después de 100 años
otra vez
había una vez
y muchas
vidas
despertarás:
De Pasionaria, 2004.
Es mi reino
ropa caída, migas y sábanas
que tengo que lavar
tu cuerpo desaparecido
persiste
en el olor del sudor apagado
en la estela de espuma de dientes
seca en el espejo
no me contemplo, me esquivo
me asusto.
Es mi reino
hago lo que quiero
me engaño, me maltrato, me lloro, me suspiro,
invento historias sin terminar
subo la radio, me aturdo,
escucho sonar el teléfono
una sentencia de muerte
que me llama a levantarme
Lázara
es mi reino
y sólo vos entrás
de vez en cuando
cuando quiero
y en la historia falta
el sexo
no el amor
el sexo
que a veces también
es solo
pero mejor con ese cuerpo
extraño
lo que es más difícil de imitar
el error, el tropezar en el avance
el malentendido
que no tengo
cuando sola yo
intento la creación
mi reino
mi holocausto.
De Pasionaria, 2004.
Una temporada en el invierno
vacaciones en la nieve, blancas horas
de nubes, vapor penetrante, géisers,
sombreros, gente sin cara, tapados,
agua congelada en las veredas, ningún
pájaro, ningún
insecto
hojas disecadas
como libros de botánica en plena calle
tapizando el parque la gran enciclopedia
británica del saber
en el corazón Central de la ciudad
inmóvil, corazón violeta, negro,
arrocado, pienso, estará
entre tantas placas heladas
lápidas parecen, parezco o parecemos
helados de aire infinito
ahora estoy con vos
ahora he decidido gastar este tiempo
?I?ve decided...?
una canción el inglés
una vez más
me da letra
spending my time
como el dinero, cada hora, un billete
debo pagar por todo lo que he hecho
debo pagar por todo lo que haré
debo pagar
debo
debo
qué debo
¿por qué?
y sin embargo, la sentencia cae
el panel helado que me rodea y me deja ver
maligno
el límite
mío
the border
abordado y repensado
?Should I stay??
repasado
?Should I go??
Should I die here and be reborn?
Is this hell?
O por qué siempre pensaste que
el infierno era lo caliente?
En el frío está lo suspenso
el finísimo barrote de la cárcel invisible que detiene y deja ver
más allá
más acá, en el sur, estalla el calor
bombas y fuegos, todo arde
?ardidos?, idos siguen
ariendo, urden el fuego, disparan
lanzando alaridos
alar
idos
Should I stay?
Depart, the part, mi parto
He hecho mi decisión
He hecho mi mente
¿Es eso posible?
El inglés sopla en mi oído
all the time
once and again
he sido hecha
echada al polo norte
desterrada deseosa mi calor colorado
templada voy
al invierno.
De Crónika, 2003.
Del amor nunca dicho y perdido
Sobre el poema XVI de Versos Sencillos de José Martí
Tu piel sigue viva
recién muerto
siempre tuviste la piel más seda
blanda y roja en tu cofre
apañolada, emparedada callas
mi amor, nunca supiste
mi amor doncella doncel
te miraba frente a la ventana
pálida en brisa tenue de naranjos
el sol caía apupilado
resplandecido de ti en el canapé durmiente
colibrí
tu suspiro agoniza
y cuento el latir ignorado
mi cuenta rosario
y tu cumbre de pelos que peino
ennudo, desanudo
las cuerdas que agarran
hojo, deshojo
de hiedras mis pechos
lo negro me tiñe
como si desde abajo arriba me partiera
la espada oscura de tu amor
hacia el que no ves, el aire
tiene figura transparente
sobre vos
ahora tu ventana te encuadra
efigie limitada
con bordes de madera
ásperos
tus pelos atrapados, tu carne dura
yo una visión
yo una cosa
yo un golpe en mi frente
yo más viva que nunca
en el morir
y nunca
nunca más
fui
tu extraña
tu vecina
mirada.
el frescor de una camiseta limpia
limpia vívere vrillante vlanco
limpia la palma de mamá
sin líneas
gastada como mi camiseta su cara de piel
su caricia es así
no sé ya qué es
así
ascéptica
rasposa, perdida
casi un recuerdo
quiere venir
amor y útero
qué feo
porque mamá me hace
casta y fuerte
como lavandina
ya no sé qué siento
ni siquiera es mi madre
sólo dice
algo ?familiar?
sangriento
como una menstruación
viene y va
con dolor
por eso, creo
usa lavandina
(nunca lavanda)
porque ella
limpia todo
quita manchas
olvida de mí
olvido de ayudín
que olvido qué
inerte feliz
después de un vaño frío
corrosivo
De Lestrygonia, Ed. Aurelia Rivera, Bs. As., 2003
En la próxima y última entrega escucharemos a Emmanuel Taub: un amigo de la casa. El más joven de los jóvenes poetas reunidos aquella noche en la Feria del Libro. Además compartiremos tres poemas de La lucha eterna. Bitácora de un viaje hacia la reflexión (Ediciones Último Reino 2003), su primer libro de poesía.