Fin


Primera página : Simplemente sangre: la literatura de Clive Barker

Lunes 04 de Julio de 2005
Simplemente sangre: la literatura de Clive Barker

?En el género de horror subviertes lo que la gente piensa acerca de la mortalidad, la sexualidad y la política. Es un ámbito donde todo está a tu disposición, y me atrae porque aborrezco lo seguro, lo convencional. La ficción en general examina los estratos del mundo con criterio realista; la ficción de horror arremete contra ellos con una sierra eléctrica, corta la realidad en pedacitos y le pide al lector que vuelva a armarla. Es una forma agresiva de redefinir lo que pensás acerca del mundo, y esa es la causa de que a menudo la rechacen los críticos y los lectores. Puede maltratar brutalmente nuestra visión del mundo?.

Clive Barker

 

Seguro que el nombre de Clive Barker les suena familiar: se trata del director y guionista de Hellraiser, el pacto (Hellraiser, 1987), aquel hito del terror contemporáneo en el que unos demonios sadomasoquistas ?los Cenobitas? surgían de un misterioso cubo de Rubik, dispuestos a ?proporcionarte placer eterno...?

Pero la obra de Barker nunca se limitó al cine.

A comienzos de los ochenta publicó la colección de relatos cortos que dio vuelta al género cual pedazo de carne asada: The books of blood, conocida en castellano como  los Libros Sangrientos.

Como bien podría decir Pinhead, líder de los Cenobitas: mejor ir por partes.

 

All you need is blood

Clive Barker nació el 5 de octubre de 1952 en Penny Lane, Liverpool (Inglaterra). Mientras sus vecinos Los Beatles hacían estragos, el pequeño Clive devoraba todo libro que se le cruzase. Sus autores favoritos: Edgar Allan Poe, Ray Bradbury, Herman Melville, William Blake, y más tarde, William Burroughs, Thomas Harris y Anne Rice.

Dado lo mórbido de su imaginario, resulta tentador pensar que tuvo algún trauma infantil o algo por el estilo. Se sabe muy poco de su vida personal, así que no hay nada comprobado. Cuando le preguntan de dónde saca tan perversas ideas, contesta que sólo le salen naturalmente, lo que contradice la máxima que dice que para hacer buen arte primero hay que sufrir. Y bueno, no todos los grandes artistas la pasaron tan mal como Roman Polanski, ¿verdad?

Tras estudiar la carrera de Filosofía y Letras en la Universidad de Liverpool, se mudó a Londres y comenzó a desempeñarse como dramaturgo, actor y director de sus propias obras de teatro, en las que ya aparecían temáticas relacionadas con el horror, el sexo y la fantasía. En paralelo, escribió y dirigió dos cortometrajes: Salomé (1973), sobre la controvertida obra de Oscar Wilde, y The forbidden (1975-78).

También se dedicó a ilustrar revistas pornográficas, y hasta estudió para ser mimo.

Sin embargo, sentía que sus inquietudes no estaban del todo satisfechas.

Inspirado por la antología Dark Force (publicada en castellano por la editorial Martínez Roca con el título de El segundo gran libro del terror), por las noches, durante dieciocho meses, se dedicó a darle forma a una serie de cuentos de terror como jamás habían aparecido hasta el momento.

 

La letra con sangre entra

Los primeros tres volúmenes de The books of blood se publicaron en 1984 por la editorial británica Sphere, cuando Barker contaba con poco más de treinta años. Los siguientes tres aparecieron en 1986. En España, los tres primeros se editaron con el nombre de Libros sangrientos 1, 2 y 3 por la editorial Planeta, y los volúmenes restantes, como Sangre 1 y 2, ahora por Martínez Roca en su colección Gran Súper Terror.

En Inglaterra el éxito fue moderado, pero al llegar a Estados Unidos, explotó. El responsable de catapultarlo fue Stephen King, quien, en 1985, luego de leer algunos de los relatos, se despachó con el siguiente comentario: ?He visto el futuro del género de terror, y su nombre es Clive Barker. Lo que escribe crea la impresión de que el resto de sus colegas hemos permanecido estáticos durante los últimos diez años?.

El escritor Ramsey Campbell ?encargado de prologar The books...? no se quedó atrás a la hora de los elogios: ?Barker es un autor que está dispuesto a llegar hasta el fin, hasta donde lo lleve la lógica de su imaginación. A mi juicio, es la primera voz auténtica de la próxima generación de autores de obras de horror?.

¿Qué es lo que hace tan especiales a los Libros Sangrientos?

Para empezar, como decía Campbell, son el más importante exponente de una imaginación salvaje, poca veces vista en la literatura.

?Mi anhelo de perversidad es tal vez un poco más complejo que el de algunos de mis colegas escritores?, confesó Barker en un reportaje de la revista Twilight Zone. ?Quiero decir que si olfateo la predictibilidad de algo que estoy haciendo, inmediatamente me enfrío y dejo la pluma. Esto determina que mis cuentos sean un poco escandalosos para algunos gustos, pero también determina que los lectores aborden mis cuentos con la certeza de que se van a encontrar con algo que no se parece a ninguna otra cosa?.

En una entrevista de Publishers Weekly, Barker declaró: ?Casi toda la ficción de horror empieza con una vida rutinaria que es desquiciada por la aparición del monstruo. Una vez eliminado el monstruo, todo vuelve a la normalidad. No creo que eso sea válido para el mundo. No podemos destruir al monstruo porque el monstruo somos nosotros. Piénselo: no hay peores monstruos que las personas con quienes nos casamos, o con quienes trabajamos, o que nos han engendrado?.

En efecto, los protagonistas de sus historias no son los típicos ciudadanos normales envueltos en circunstancias desconocidas. Esta vez sucede lo contrario: la gente es la que busca el mal. Por eso la mayoría son asesinos, ladrones, brujos; seres ambiciosos, perversos, genuflexos de fuerzas oscuras, versiones contemporáneas de Fausto.

The books... arranca con un cuento-introducción, ?Los muertos tienen autopistas?. En una suerte de homenaje al prólogo de El hombre ilustrado de Bradbury, nos presenta a Simon McNeill, un psíquico que simula comunicarse con espíritus de una casa abandonada. Hasta que un día los espectros hacen acto de presencia y, de alguna manera, terminan escribiendo oscuras historias del más allá sobre el cuerpo desnudo de Simon.

La calidad de los relatos es muy pareja, y cada uno conduce a un mundo más perturbador que el otro.

A modo de muestra, acá van algunas síntesis argumentales como ejemplos.

En ?El tren de la carne de medianoche?, un aburrido empleado descubre a los antiguos habitantes de su adorada Nueva York. Cuentos como este, o como ?Las pieles de los padres? o ?La Madonna? contienen fuertes connotaciones lovecraftianas.

El atroz ?Jacqueline Hess: su voluntad y testamento? nos trae a la femme fatale perfecta, capaz de convertir en un pegajoso resto de carne amorfa a quienes tratan de seducirla.

?En las colinas, las ciudades?, uno de los más ferozmente originales del libro, hace pensar en qué hubiera terminado el bueno de Clive de no haber sido artista: los habitantes de dos pueblos yugoslavos pelean entre sí de una manera nada tradicional. Una pareja gay es testigo del enfrentamiento.

En ?La era del deseo?, un afrodisíaco provoca los efectos más extremos en un individuo corriente. Imaginen a un ser humano manteniendo relaciones sexuales con un muro de ladrillos y fantaseando con otras cosas inanimadas.

Además, se da el gusto de homenajear ?a su manera, obviamente? al gran Poe, en ?Nuevos crímenes en la calle Morgue?.

El autor también incursionó en los tópicos más tradicionales del género, pero desde su peculiar punto de vista. Así, cuentos como ?Rex- el hombre lobo? y ?Crepúsculo en las torres? nos muestran un enfoque diferente de la licantropía. La primera conoció una versión cinematográfica, Rawhead Rex (George Pavlov, 1986), una producción inglesa difícil de conseguir ?por suerte para Barker, nada conforme con el resultado final.

Uno de los relatos más destacables es ?Lo prohibido?, ya que en él se basó el director Bernard Rose para dirigir la estupenda Candyman: el dominio de la mente (Candyman, 1992), la historia de una periodista investigando ciertos graffitis. Al final, la pobre mujer termina en las garras de Candyman, un fantasma de raza negra que sólo aparece cuando se pronuncia su nombre cinco veces delante de un espejo. El éxito del film generó dos secuelas: Candyman 2 (Candyman: farewell to the flesh, 1995) bucea en la trágica historia del espectro, y tiene cierta importancia porque su director, Bill Condon (sin chistes), ganó un Oscar y es uno de los más respetados de Hollywood. De Candyman 3 mejor no digamos nada.

Otro cuento que tuvo su adaptación, esta vez para la pantalla chica, fue ?La política del cuerpo?, en la película televisiva Quicksilver Highway (Mick Garris, 1995).

Además, los cuentos tienen su versión en comic por medio de la serie titulada Tapping the Vein.

Gracias a sus frescas, novedosas y geniales creaciones, Barker obtuvo el World Fantasy y el British Fantasy Awards de 1985. 

?Nunca me he autocensurado. Nunca he emprendido una indagación para después detenerme a mitad de camino al darme cuenta de que me lleva a algo más macabro de lo que puedo soportar. Nunca he eliminado ningún subtexto sexual de mi obra; en cambio, he tendido a llevarlo hasta sus últimas consecuencias con mucho placer. (...) Cuando mi relato es sanguinario, es muy sanguinario; cuando es sexual, es muy sexual; cuando es humorístico, es muy gracioso. No me gustan las medias tintas... Así que no creo ser un buscador de sangre. Soy un buscador de excesos. Me gusta llevar los cuentos, los hechos y los personajes hasta las últimas consecuencias?.

 

El Barker novelista

La producción literaria de Barker no se limita a los cuentos. También incursiona exitosamente en la novela, otro vehículo para explotar sus excesos.

La primera en publicarse fue El libro de las maldiciones (The damnation game) en 1985, en la que el autor vuelve a explorar el mito de Fausto que tanto lo obsesiona. Hace cinco años estuvo por convertirse en película, con Sean Connery y Paul Newman en los protagónicos, pero el proyecto quedó en el limbo.

En 1986 sale The Hellbound Heart, la nouvelle que inspiró la película Hellraiser y sus secuelas. Este trabajo nunca fue editado en nuestro idioma Afortunadamente, la editorial española Plaza & Janés sí se decidió a sacar algunas de las novelas que escribió después (aunque son casi inconseguibles).

Sortilegio (Weaveworld, 1987), está más cerca de la fantasía que del horror.

Pero la más famosa es Cabal (1988), sobre un individuo acusado de asesinatos que ingresa en Midian, el último refugio de freaks y de otras criaturas fantásticas amenazadas por la raza humana. El mismísimo Barker la llevó al cine con el nombre de Hijos de la noche (Nightbreed, 1990).

También se publicó en España El gran espectáculo secreto (The great and secret show, 1989), una historia épica sobre el enfrentamiento entre las fuerzas de la oscuridad y de la luz en un pueblo californiano. En más de seiscientas páginas se mezclan la alquimia, monstruos varios, sexo, fantasmas, cómicos en decadencia, conflictos entre padres e hijos, viajes a otros mundos.

Lo última obra de Barker conocida en el mundo hispanoparlante es la siniestra fábula infantil El ladrón de días (The thief of always, 1992). La historia de Harvey, el aburrido niño que accede a un universo donde, al parecer, tiene todo lo que quiere, cuenta con ilustraciones del propio autor.

Otras novelas: Imagica (1991), Everville (1994, la continuación de El gran...); Sacrament (1996); Galille (1998); Cold canyon heart (2001); y la saga Abarat (2002).

Y después? ¡y después nos queda el cine del gran Clive! Pero ese tema se lo dejamos a La Claqueta, nuestra sección vecina, desde donde profundizaremos en la filmografía de este muchacho tan normal...

 
Publicado por Matías Orta a las 07:00