Jueves 20 de diciembre, 2007. Siguiendo el rito que
comenzó en 1999, se llevó a cabo el segundo asado anual del Taller de Corte
& Corrección de Marcelo di Marco. Como de costumbre, el escenario fue el
quincho del Tiro Federal Argentino, pasadas las ocho de
Antes de devorar chorizos, vacíos y otras delicias, Di Marco y su fiel esposa y compañera
1.
2. Las rutilantes Diana Biscayart y
3. Miguel Agustín Mullen recibe su distintivo, escoltado por
4. La satisfacción del autor de esta nota.
La mayoría pudo retirar sus diplomas o prendedores con el logo del TC&C. Un momento emotivo fue la distinción especial otorgada a Karina Sacerdote. Vale recordar que Karina, miembro de La Abadía de Carfax y una de las responsables de la revista virtual Axolotl, vivió un año difícil por complicaciones de salud. Gracias a Dios, ahora está muy bien y pudo dar cuenta de los frutos de la carne con el resto de nosotros.
5. Paula Jasen, Alejandra D?Atri, Gladis López (con su Horacio), Claudia Cortalezzi, Esteban Lafon Blon y
6. Ahora sí: completita y brillante, Karina Sacerdote.
Después de la comilona y agradable charla, se cumplió con otra actividad infaltable de todo asado: el sorteo de libros. Los presentes ganaron obras de autores de la talla de Jorge Luis Borges, Stephen King, Truman Capote, James Hadley Chase y Hugo Marietan, quien estuvo presente y sacó muchas fotos.
7. Desde las tinieblas del fondo,
8. La mirada penetrante de Hugo Marietan.
El invitado sorpresa fue nada menos que Vicente Battista. El prestigioso escritor, galardonado con el premio Planeta nos honró con su presencia y nos permitió realizarle un breve reportaje, en el que nos deja enseñanzas dignas de un verdadero maestro.
9. Y además de todo, aprovechamos para regalarle un ejemplar de los Cuentos de la Abadía de Carfax
Acaba de publicar una nueva obra. ¿Qué podría contarnos al respecto?
Bueno, se llama La huella del crimen y es un libro de cuentos policiales. Está dividido en tres partes, y cada una tiene un nombre: una se llama ?De amor?, otra, ?De Locura? y otra, ?De Muerte?. Como se ve, claro homenaje al maestro Horacio Quiroga. También hay un homenaje a un autor hoy olvidado, Raúl Waleis, que era el seudónimo de Luis V. Varela, hijo de Florencio Varela. Escribió una novela llamada La huella del crimen, publicada en 1877, que se convirtió en la primera novela policial en lengua española. Nosotros, los argentinos, tenemos la primera novela policial escrita en español.
¿Hubo alguna otra influencia aparte de Quiroga y de Waleis?
En el campo del policial, no puede uno olvidarse de dos maestros como Dashiell Hammet y Raymond Chandler. La escritura de Hammet y la ironía de Chandler podrían ser una buena mezcla para un policial negrísimo. Ambos son violentos, pero lo esencial es mostrar la violencia sin violentar. Si vos vas escribiendo un texto, y a medida que lo vas leyendo te das cuenta de que es muy violento, pero está escrito con mucha cordialidad, con mucha amabilidad, seguro que sorprende más.
¿Cuánto tardó es escribir el libro?
Uno escribe de toda
Te cuento una vieja historia china muy vigente. El Emperador chino le pide a un artesano que le haga un águila. Le pregunta cuánto tardará en hacerla, y el artesano le responde: ?Dos años?. A los dos años, el Emperador acude al artesano y ve que no había hecho nada. ?Necesito un año?, dijo el artesano?. El Emperador se lo concedió, y al año aparece y descubre que todavía no había hecho nada. ?Veinte minutos?, dijo el Artesano. Ya bastante molesto, el Emperador se los concedió. A los veinte minutos, el artesano volvió con el águila. ?¿Tardó veinte minutos??, preguntó el Emperador. ?No?, dijo el artesano, ?tardé tres años y veinte minutos. Lo hice en veinte minutos, pero todo este tiempo estuve trabajando?.
Lo otro es periodismo: ?Mirá, qué se yo, este hombre mató a la mujer...?. Pero si, de pronto, tenés que escribir un cuento, ahora hay que ver quién es este hombre, cómo piensa, por qué... Ya no estás informando algo, estás creando un mundo.
¿Qué puede contarme del proceso de corrección?
¡Ahhh! Una frase esencial dice: ?Escribir es corregir?. Uno no termina de corregir nunca. Y me parece bien que sea así. Si uno se queda conforme con lo último que escribió, no es un escritor para tener muy en cuenta. Uno tiene que estar siempre disconforme, tiene que pensar que debe salir mejor. Ojo, hay casos como el de Borges: leí textos suyos corregidos por él mismo, y la versión original me gustó más que la segunda o la tercera o la cuarta (risas). A veces corregir no mejora el texto, pero indica que uno está permanentemente encima de su texto, y de que puede mejorarlo. Me encanta corregir, pero cuando llega el momento de la corrección, ahí es cuando vos sacás palabras, ponés otras, eliminás párrafos... Antes, cunado escribías a máquina, era más difícil, más engorroso. Ahora, con la computadora, no sabés cómo me ahorra tiempo (risas). ¡Ahora corrijo mucho más que antes! Yo descreo de aquellos que no corrigen. Pero los hay. Lope de Vega escribía dos o tres obras por día, lo cual indicaba una seria facilidad para corregir. Más cercano en el tiempo, Georges Simenon escribió una novela policial en una semana y una no policial en quince días. Pero bueno, se trata de escritores muy particulares. Los demás nos la pasamos trabajando. Es un duro trabajo. A mí me encanta, pero es un trabajo.
¿Próximos proyectos?
Hay bastante. Estoy preparando una antología que me encargó el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, de cuentos míos. Una antología personal. Estoy corrigiendo una novela que publicará Planeta. Una novela también de corte policial. También estoy con los preparativos de una antología que se llamará Prostíbulos, y va a ser una recopilación de grandes textos literarios en los que los prostíbulos son el escenario. Habrá cuentos de Maupassant, de Andreiev, capítulos de novelas... De Abelardo Castillo iba a poner el cuento ?La madre de Ernesto?, pero usaré ?El marica?, que también pasa en un prostíbulo. El prostíbulo le dio mucho material a la literatura (risas).
Tengo un 2008 movido. Espero que el cuerpo aguante, ¡y la mente también!