Fernando Sánchez nació en Buenos Aires en octubre de 1959.
Estudió periodismo, terminó tarde el secundario. Estudiante crónico actualmente
-año 2005- estudia Edición en la Universidad de Buenos Aires -UBA-. Piensa
además seguir Letras -"si da el cuero", cuenta-.
Es admirador de los narradores que califica en buenos sentidos
como "atorrantes". Estos autores son Charles Bukowski, Raymond Carver, Henry
Miller, Jack Kerouac. Y entre los argentinos Antonio Dal Masetto, Osvaldo
Soriano, Roberto Fontanarrosa. Además ha leído bastante a los autores
inevitables de policiales: Raymond Chandler, Dashiell Hammett, Ross Macdonald,
David Goodis, James Ellroy, Chester Himes, Jim Thompson...Y otros tantos...
De todos ellos aprendió a escribir novelas o eso intenta.
Vocación que tiene desde el año 1979, cuando produjo sus primeros textos, que
actualmente no podría ni leer y menos editar por pésimos.
Pero insistió.
En su infancia no leyó nada o casi. Prefería ver televisión. La
vocación de lector le llegó a los 19 años o poco menos. Descubrió a Ernesto
Sábato, a Fedor Dostoievski, a Roberto Arlt. A unos cuantos más, prestigiosos o
no. Se pasaba tardes enteras leyendo, como quien huye del secundario que no pudo
terminar. Era un colegio comercial para perito mercantil. Oficio que detesta
como la matemática o la contabilidad.
Años después empezó a tener trabajos dispersos (y malos).
Trabajó en inmobiliarias, como vendedor de libros, como corredor de una
editorial, como telemarketer, entre otros. Como el casi hobby de extra de cine y
televisión.
Todos trabajos que, excusándose por el término, llama " de
mierda". Pero de los que admite un gran contenido para todo escritor. Para
conocer las miserias de la calle, de la ciudad, para tener un poco de
experiencia que bien puede ser y es material para escribir.
Buscándose en algún lugar como en una familia literaria, no se
reconoce al lado de escritores como Jorge Luis Borges, al que reconoce un
maestro en su obra y no tanto por sus opiniones. Sánchez se ve más con un
Roberto Arlt, con un Bukowski, con un Dal Masetto, con un Kerouac, con un
Enrique Medina, de todos esos tipos que escriben desde las calles más que
encerrados en bibliotecas, desde la realidad, no sólo desde los libros.
Descubrió tardíamente a la novela policial, a toda esa serie de
autores. Y a otros como el español Manuel Vázquez Montalbán o Andreu Martin.
Algunos otros argentinos como Juan Martini o Juan Sasturain. Tantos más...
Se ha inspirado en el Chinaski de Bukoswki y el Pepe Carvalho
de Vázquez Montalbás para crear a su detective Fabio Sa.
Fabio Sa es un detective que protagoniza más de veinte novelas.
Todas policiales. Algunos humorísticos, otros más serios. El primero de los
policiales de esta serie fue escrito alrededor del año 1994. Desde entonces su
producción no ha parado en uno o dos -en algún año delirante tres-libros por
año. Prolífico y desparejo como le gusta.
Mientras Sánchez tuvo sus trabajos que llama "miserables",
escribió esta serie de novelas, que fueron su refugio. Refugios entre la
desesperación, la locura propia y de la realidad, las neurosis, las psicosis de
todos lados o como se quiera llamar. A riesgos de ser melodramáticos, utiliza
seguido una palabra un tanto fuerte. Refugios contra el "infierno".
Para Sánchez es evidente que el policial es el mejor medio para
reflejar el clima de corrupción y violencia que padece toda gran ciudad. No es
ninguna novedad, por supuesto. Lo han pensado y escrito ya todos los críticos y
todos los escritores que hubieron y hay.
Ha utilizado a ese genero para crear una especie de mundo
paralelo, donde trata de entender -y sin lograrlo gran cosa- el mundo real.
En la novela "El capocómico que admiraba a Olmedo" usa además
el recurso del humor y la parodia. A partir de datos reales de la biografía del
humorista argentino Alberto Olmedo, creó un personaje de vida ficticia -Roberto
Salcedo- a manera de homenaje.
El personaje de Olmedo retoma una serie de novelas donde trata
de hacer ficción (inspirarse en vidas reales para la imaginación), desde diversa
gente que considera como típicas o emblemáticas de un país como Argentina. En
este caso Alberto Olmedo, del lado del humor. En otros libros fueron Tita
Merello en su parte tanguera. Otro humorista como Alfredo Casero -en homenaje
además a todos los humoristas que tienden a ser obesos, un poco gordos o por lo
menos con sobrepeso: como Enrique Pinti, Tato Bores, Antonio Gasalla.
Actualmente escribe otro libro donde hace ficción desde la vida
de Enrique Santos Discépolo, otra novela tanguera.
Sánchez en la novela "El capocómico que admiraba a Olmedo", le
da especial importancia a las dedicatorias de estos libros. Como en este
caso.
Dedicada al humorista Alberto Olmedo en cuya vida real se basa
esta novela de ficción.
Así como lo hizo con Olmedo y otros, el recurso lo utiliza
en otros casos. Además con otros planes. Algún día espera hacer algo semejante
en otras novelas con la vida del rockero Lou Reed, del escritor Roberto Arlt. En
otra de esta serie de novelas, el personaje inspirador fue el escritor
norteamericano Jack Kerouac.
Fernando Sánchez ha publicado poco y nada. Sólo unos pocos
textos -cuento, poesía, notas, comentarios de libros- en medios barriales. Dos
de sus cuentos -esta vez dentro de lo poco que ha escrito en ciencia ficción o
literatura fantástica- están publicados en una página web, cuya dirección actual
es www.literareafantastica.com.ar.
Después de años de dedicarse exclusivamente a escribir, casi
sin hacer otra cosa -en la legión de desocupados que ya ni se molestan en ver
los clasificados-, para colmo cuando alguna gente considera que escribir no es
un trabajo, todo esto ha incrementado la fama de vagoneta de Sánchez. Quien se
ha puesto a estudiar para buscar una salida a lo que define con repetida
palabra: el infierno argentino.
Dos de sus novelas se encuentran en una editorial, por el
momento sin posibilidades de editarse -cuestan demasiado para autoeditarse,
cuando a veces no editan ni a los famosos- y se ha presentado en varios
concursos literarios. De la editorial Planeta, del diario Clarín, del diario La
Nación, del diario Página/12, de la Fundación Antorchas, de la editorial
Tusquest, y ha pensado: "Nunca dieron pelota y en algunos casos suelen ganar los
más famosos".
Fernando Sánchez ha escrito otras novelas y cuentos y libros de
poemas, además de los policiales. Varios libros que piensa unir adjudicándolos a
sus personajes de ficción. Los poemas de Fabio Sa, los cuentos de Fabian Saez y
otros escritos, etc, como si fueran un solo libro en varios géneros.
Otros personajes de sus libros son: el alter ego y mencionado
Fabián Saez, que aparece en esta novela escribiendo y leyendo algunos cuentos.
Otro es Francisco Sapetti, un poeta oficinista, cuyo inspirador es Charles
Bukowski. Algo así como un Bukowski de clase media. Sapetti es el protagonista
de la primera novela de Sánchez, terminada en el año 1990, después de terminar
su curso de periodismo. Estuvo demasiado tiempo sin poder terminar un libro, y
tal curso le vino bien por lo menos para destrabarse, y no tanto para dedicarse
al periodismo. Oficio demasiado tenso que seguido no soportaba gran cosa su
gastritis.
Luego de años de hacer terapia, de emborracharse, de tener
malos trabajos, de dejar los estudios, de escribir decenas de libros de diversos
géneros -novela, cuento, poemas, ensayo, un guión de cine-, y de fracasar en
varios concursos y editoriales, se decidió al fin a publicar su primera novela
que en realidad es una de las últimas en ser escritas...
La idea de la editorial Deauno, le parece a este autor
original. Publicar los libros por unidad, hacerles una página web, son una de
las pocas posibilidades de publicar. Viendo la escasa o nula oportunidad que dan
las editoriales y los concursos en general para los autores nuevos. Además como
idea lograda para evitar los saldos, cuando se hacen ediciones de más para
dormir en depósitos o librerías de ofertas....