-Desde luego, el señor Elton es un joven muy agraciado y un
hombre excelente, y yo le tengo en gran aprecio. Pero, querida, si quieres tener
una deferencia para con él es mejor que le pidas que venga a cenar con nosotros
cualquier día. Eso será mucho mejor. Y confío que el señor Knightley será tan
amable como para acompañarnos.
-Con muchísimo gusto, siempre que usted lo desee -dijo riendo
el señor Knightley-; y estoy totalmente de acuerdo con usted en que eso será
mucho mejor. Invítele a cenar, Emma, y muéstrele todo su afecto con el pescado y
el pollo, pero deje que sea él mismo quien se elija esposa. Créame, un hombre de
veintiséis o veintisiete años ya sabe cuidar de sí mismo.