Combatir el radicalismo, el extremismo y el
terrorismo es el objetivo de las políticas gubernamentales de
seguridad tomadas por estos regimenes, y principalmente, las de origen religioso
militante.
En Asia Central, tras los atentados terroristas del 11-S de 2001, este tipo
de políticas gubernamentales van a hacerse más evidentes y se dimensionarán a
escala mucho mayor. Estas políticas, en gran medida, son el resultado del
compromiso asumido por los diferentes gobiernos centroasiáticos con el régimen
estadounidense de George W. Bush, para combatir el terrorismo internacional e
islamista en esta rica y geoestratégica región del planeta.
Para erradicar la amenaza terrorista estos gobiernos vienen valiéndose y
desarrollando una serie de medidas altamente represivas, aplicadas
indiscriminadamente contra la población en general y contra toda organización
religiosa y/o popular desafecta, medidas antidemocráticas que cotidianamente
conculcan los derechos fundamentales y los derechos humanos.
Las distintas políticas gubernamentales de seguridad se enmarcaran en
diferentes niveles de compromiso y de atención, que van desde lo doméstico y
bilateral, hasta acuerdos interestatales de cooperación regional.
Para comprender y estudiar la presencia de esta forma de violencia, se ha
recopilado información, que va desde poco antes de la desaparición de la Unión
Soviética (1991), hasta nuestros días. Así mismo, se recabaron materiales y
estudios sobre el tema y sobre la historia de la región. Es lógico que los
fenómenos y los procesos sociales deban ser estudiados en su contexto temporal y
en una dimensión diacrónica, para evidenciar la configuración y evolución del
mismo sin que esto implique de hecho una predicción. Lo que se intenta
establecer con esto, son las causas motivadoras que hicieron devenir a estos
movimientos islámicos en grupos radicales, violentos y/o
terroristas.
El terrorismo ha emergido en este comienzo de siglo como si fuera un fenómeno
nuevo, convirtiéndose, quizá, en uno de los temas de estudio e investigación más
relevantes en la actualidad. Es bueno señalar que en este campo específico, los
métodos y teorías de la política comparada pueden ilustrar las realidades, ya
que los análisis comparados sirven como una necesaria y efectiva comprobación en
muchas de las argumentaciones sostenidas por aquellos que escriben sobre
terrorismo[4]. Validando, además,
generalizaciones acerca del mundo político observado.
Al momento de estudiar el fenómeno del terrorismo islamista en Asia Central,
y más concretamente los Movimientos Islamistas Radicales y Violentos de
la región, la política comparada se presenta como una herramienta valiosa, para
comparar a tres de los -hay más de diez- grupos islamistas catalogados como
terroristas que existen en Asia Central: El Hizb ut-Tahrir al-Islami, el
Movimiento Islámico de Uzbekistán y la Oposición Tayika Unida.
[4] Lim, Timithy C.: Doing
Compartive Polítics: An introduction to approaches and issues, Lynne Rienner
publishers, Londres 2006, pg. 203.