PRESENTACIÓN
"Estoy impulsado por una misión divina. Dios me dijo: George, ve y pelea con
esos terroristas en Afganistán. Y lo hice. Luego Dios me dijo: George, ve y pon
fin a la tiranía en Irak. Y lo hice".
George W. Bush[2]
Presidente de EE.UU.
El terrorismo internacional y concretamente el terrorismo de inspiración
islamista, con sus brutales y devastadores atentados del 11 de septiembre de
2001, y pese a los execrables hechos, demostró que nadie, ni ninguna potencia
militar, por más poderosa que sea, está excepta de ser blanco en su propio
territorio de ataques terribles y altamente letales.
Con la destrucción de vidas humanas e infraestructuras el terrorismo actual
busca crear el caos social e inseguridad y que el temor se apoderen de las
sociedades atacadas.
Con el atentado del 11-S, el terrorismo internacional demostró de qué es
capaz y hasta dónde puede llegar con sus bárbaros métodos. Pero igualmente y de
manera parecida, la agredida superpotencia y los centros de poder demostraron
con su respuesta de castigo, que, el método y las formas violentas aplicadas
para resolver los conflictos pueden ser igual de insensatas, destructivas e
inhumanas.
Aún la sociedad mundial no había salido de su asombro por el horror y las
imágenes de pánico del 11-S, cuando Estados Unidos, de forma inmediata,
emprendió una guerra de castigo invadiendo a Afganistán, para luego,
unilateralmente, continuar con una serie de amenazas y condenas, y una nueva
guerra de invasión contra Irak, con dimensiones y consecuencias devastadoras.
Guerras en donde no sólo se ha arrasado con vidas de seres humanos inocentes:
niños, mujeres, ancianos; sino que también, han causado enormes daños
materiales. Sus promotores han desconocido el derecho y la legalidad
internacional, y por ende, a las instituciones internacionales. Y más grave aún,
estas invasiones han demostrado hasta dónde es capaz de llegar EE.UU. y sus
incondicionales aliados, y en qué puede culminar las ansias de dominio mundial:
campos de concentración como Guantánamo, cárceles clandestinas en distintos
países del mundo y, centros especializados de tortura como Abu Graib.
[2] Monge, Yolanda: Dios me
pidió acabar con la tiranía de Irak , El País, España, octubre 8, 2005.